Emigrar, como muchos aspectos de la vida y la cotidianidad, requiere de planificación, preparación y ejecución, donde ha sido necesario plantearnos diferentes escenarios, y sin duda, en ocasiones, la realidad no se parece a ninguno de las hipótesis que nos realizamos.
Al igual que la maternidad, el proceso migratorio suele idealizarse por distintos motivos: experiencias de "exitos" de amigos y conocidos, exceso de positivismo y confianza en la suerte y la buena fortuna, la creencia de ser merecedores de situaciones mejores, y otros pensamientos que superan la realidad de nuestra situación.
Pensar erróneamente que todos los problemas que enfrentamos se van a solucionar al emigrar, que las cosas urgentes y necesarias se van a resolver por si solas y lo mas grave, suponer que nos están esperando en el país a donde decidimos partir y que todo lo que imaginamos va a suceder por arte de magia y sin esfuerzo, son pensamientos que nos ponen en situación de riesgo del proceso migratorio. ¿Por qué la creencia que lo que necesitamos: salud, educación, empleo, vivienda, tiene que ser más fácil por el hecho de ser emigrantes? ¿Que nos hace pensar o creer en la inmediatez de los procesos y de nuestros deseos y necesidades?
Siendo determinante la manera como, durante nuestra vida hemos afrontado este tipo de hechos, podemos pensar que de la misma manera manejaremos nuestras espectativas vs. la realidad durante un cambio de país de residencia.
Vanessa Agelvis, Psicologa, madre y emigrante, escribe sobre este tema de las Espectativas Vs. La realidad del emigrante.
Antes de hablar de migración, considero que las expectativas y la realidad se experimentan en muchos aspectos de la vida. ¿Qué expectativas has tenido en la vida y que tan cerca has estado de ellas?
Al igual que la maternidad, el proceso migratorio suele idealizarse por distintos motivos: experiencias de "exitos" de amigos y conocidos, exceso de positivismo y confianza en la suerte y la buena fortuna, la creencia de ser merecedores de situaciones mejores, y otros pensamientos que superan la realidad de nuestra situación.
Pensar erróneamente que todos los problemas que enfrentamos se van a solucionar al emigrar, que las cosas urgentes y necesarias se van a resolver por si solas y lo mas grave, suponer que nos están esperando en el país a donde decidimos partir y que todo lo que imaginamos va a suceder por arte de magia y sin esfuerzo, son pensamientos que nos ponen en situación de riesgo del proceso migratorio. ¿Por qué la creencia que lo que necesitamos: salud, educación, empleo, vivienda, tiene que ser más fácil por el hecho de ser emigrantes? ¿Que nos hace pensar o creer en la inmediatez de los procesos y de nuestros deseos y necesidades?
Siendo determinante la manera como, durante nuestra vida hemos afrontado este tipo de hechos, podemos pensar que de la misma manera manejaremos nuestras espectativas vs. la realidad durante un cambio de país de residencia.
Vanessa Agelvis, Psicologa, madre y emigrante, escribe sobre este tema de las Espectativas Vs. La realidad del emigrante.
Antes de hablar de migración, considero que las expectativas y la realidad se experimentan en muchos aspectos de la vida. ¿Qué expectativas has tenido en la vida y que tan cerca has estado de ellas?
El ser humano experimenta
las vivencias en general comparándolo con una idea preconcebida. Por lo general
la experiencia se aleja de la idea y se percibe como algo negativo.
Esto puede jugar de forma
contraproducente. Aplica para un proceso como el migratorio.
Empecemos por preguntarnos:
¿Cuál es la razón que me lleva a tomar la decisión de emigrar?
De lo que reflexionemos
dependerá que tan flexible vayamos a ser frente al proceso migratorio.
Algunas razones por las
cuales la gente emigra de país:
- Aventurarse a vivir en el exterior.
- Oportunidad laboral.
- Desarraigo.
- Huir.
- Catástrofes naturales.
- Por imitación o moda.
Otro punto importante es explorar
la razón que te lleva a emigrar:
- Ganar seguridad
- Obtener trabajo.
- Ganar dinero.
- Mejorar condiciones y calidad de vida
- Buscar oportunidades de acceso al bienestar.
Cada una de estas razones
son respuestas válidas para emigrar, más el proceso es más profundo ya que no
es solo adaptarte al nuevo país sino no también soltar tu país de origen.
Cuando hablo de soltar el
país de origen hablo del APEGO Y EL ARRAIGO. Cada persona tiene asumida la
cultura en la que creció, a todo aquello no verbal aprendido que te da no solo
sentido de pertenencia sino te da un punto de comparación de donde estas
parado; esto se mezcla dentro de lo que es el arraigo que va ligado del apego y
las raíces que constituyen a la estructura del ser humano, que al emigrar todo
lo conocido, todo lo establecido como bueno o malo se pierde dentro de la nueva
cultura.
Y eso es algo que solo
cuando se vive, te das cuenta que tan profundo es tu arraigo y tu apego a lo
que tú conoces, a tus creencias, a tu cultura es decir a todo lo que te
representa.
Y esto indistintamentede
cual haya sido tu razón para emigrar, todo persona que ha vivido la experiencia
de emigrar, ocurre un desapego físico más no emocional, lo cual, en mucha
ocasiones desestabiliza a la persona lo que hace que el norte se vuelve
inestable.
¿Cómo pasa ésto?
Ya que necesitas aprender el
CÓMO, el cómo son los procesos, el cómo se comunica la gente, el cómo funciona
el sistema, el cómo socializa la gente, etc.
Esto produce un abrumo o una
sobresaturación a nivel mental y como mecanismo de defensa y forma de
aprendizaje, que es lo primero que hace la persona, es compararlo con lo
conocido, y muchas veces este proceso en vez de ayudar al aprendizaje lo que
hace es desarrollar una resistencia a él CÓMO, ya en su mayoría en defensa a lo
que no conozco se tiende a rechazar. Es por ello que es “normal” que las
personas tiendan a retraerse, tengan ganas de dormir más de lo normal, buscar socializar
solo con compatriotas, a fin de evitar procesar la experiencia que estás
viviendo.
¿Qué herramientas necesito
frente a este nuevo mundo?
·
No hay bueno un malo, solo diferentes formas
de hacer las cosas.
·
Entre más resistencia coloques más distancia
y apego sentirás de la tierra que dejaste.
·
Busca aceptar el CÓMO de forma de respeto a
la cultura del nuevo país.
·
Permitir reconocer la nostalgia.
¿Qué herramientas necesito
para soltar mi país de origen?
Cuando se emigra y entras en
esta polaridad de la expectativa y la realidad genera emociones encontradas, y
el aprender a reconocerlas, aceptarlas son la clave para que puedas surgir y
crecer de la experiencia tan enriquecedora como lo es emigrar. Más allá que
aprendas una nueva forma de CÓMO, surge un nuevo YO. Para resaltar dentro del sistema te toca
pulir todas tus habilidades y desarrollar unas nuevas que te llevan al
aprendizaje de que es necesario soltar para avanzar.
Aporte de Psicóloga Vanesa Algevis @vanessaalgevis
/ Edición @yosoyinesita
/ Edición @yosoyinesita