Adaptarnos, para mí, no significa desarraigo. Al contrario, empecinarse en llamar a las cosas como en nuestro país de origen, así no nos entiendan, es terquedad. En casa de mis padres era costumbre familiar dominguera comer sopa, usualmente preparada por mi papá. Poco a poco, a razón de que es cómoda para dar a los chicos y toda la familia, se comen todas las verduras y proteínas sin drama, no hay tanto calor, en casa hemos ido adoptando esta costumbre. Pues bien, hago mi sopa tratando de hacer la mejor versión de ella misma con lo que cuento a mi alrededor. Nunca supe que carne usa mi papá y no me he molestado en preguntar, no sé cuál es el apio ni cual el ocumo, pero sé que acá no se consiguen con facilidad. No le coloco auyama (zapallo), ni yuca (mandioca). El sofrito no lo hago con ají dulce (porque no se consigue), ni con cebollín (cebolla de verdeo), ni ajoporro. Tampoco le pongo pimentón (morrón). Pero si le pongo papa y zanahoria a pesar que en casa de mis padres no le colocan. Mazorca o jojoto (choclo) tampoco.
Adaptarnos a nuevos procesos y paradigmas y estar abiertos a los cambios es sin duda una cualidad importante que debe tener el emigrante. Reconocer que no sólo se aprende a leer con el libro "Mi Jardín", que se puede desayunar sin arepas, que los niños también nacen sin necesidad de una ecografía mensual y que podemos comer luego de una salida a bailar de noche un trozo de pizza al corte en vez de una perro caliente, nos ayudará en el camino. Pretender conseguir un pediatra, obstetra, odontólogo o cualquier especialista tal y como lo teníamos en Venezuela puede resultar frustrante. Juzgar procesos porque no son iguales como en nuestro país de origen no nos ayuda en este camino que decidimos (en la mayoría de los casos), transitar de forma voluntaria.
Conocer y reconocer que las cosas son diferentes, que de igual forma funcionan, además aceptar que se incorpora a lo que ya conocemos, nuevos patrones y que no tienen por qué sustituir lo ya aprendido, si no, por el contrario nos suma cultura, entendimiento y de paso nos ayuda en el proceso resultando en un buen ejercicio. Como Maminmigrante, con hijos mirando y aprendiendo del ejemplo, es de vital importancia aprender, aceptar e incluir, recordando siempre que en nuestras manos está el acompañamiento de los nuevos Ciudadanos del Mundo. Recuerda siempre que no te mudaste.
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