domingo, 11 de diciembre de 2016

La celebración de la Navidad cuando estamos lejos de nuestra tierra

La celebración de la Navidad cuando estamos lejos de nuestra tierra: los nuevos ingredientes emocionales de las celebraciones.

Me siento triste… es Navidad.

¿Por qué para muchos de los miembros de nuestra comunidad la Navidad se convierte en un tiempo de nostalgia, melancolía y a veces irritabilidad y hasta conflicto?

El hecho de ser inmigrantes ya trae asociado ciertos matices como nostalgia, melancolía e irritabilidad. Si sumamos que en fechas típicas como navidad, cumpleaños, nacimientos, y otras celebraciones, nos debatimos entre una serie de sentimientos que afloran por lo que entramos en un debate emocional que nos causa irritabilidad.

Es importante que le demos protagonismo a todo lo que tenemos que agradecer, para sentirnos esperanzados por el plan de vida que acabamos de iniciar.

Debemos conectarnos con el verdadero significado de la Navidad, la celebración original de las fiestas navideñas, que es celebrar el Nacimiento, un nuevo comienzo, que representa también lo que como emigrante estamos viviendo: Una Nueva Oportunidad.

No se qué extraño.


Confundimos la celebración navideña con el ritual de la navidad, olvidando que es lo que de verdad significa la Navidad. 

Cuando los rituales del país que nos acoge son diferentes a los propios, podemos sentir hasta rechazo, olvidando que la Celebración es la misma. Si nos enfocamos en esto, podemos ver la situación desde un mejor ángulo y comenzaremos a apreciar las nuevas formas de celebración para el mismo ritual.

Debemos flexibilizar nuestra forma de disfrute y entender que existen diferentes formas de celebrar los mismos rituales.

La Navidad aquí es aburrida...

¿Qué pasa cuando no me gusta la forma de celebración del país de acogida o mi forma de celebrar es muy diferente a la de ellos?

Es importante que entendamos que cada cultura, adaptó un tipo de celebración al mismo ritual. Si logramos fusionar nuestros rituales a los nuevos, lograremos salir airosos.

Si pasamos las fechas echando de menos las celebraciones en familia a las que estamos acostumbrados, pasaremos las fiestas sin poder adaptarnos a las nuevas celebraciones y mucho menos disfrutarlas.

Si estamos claro quién es nuestra familia y quienes son las personas valiosas en nuestro presente, así se encuentren lejos, nos sentiremos sostenidos en las celebraciones y antes de pensar que he perdido una navidad, podemos decir que hemos ganado nueva manera de celebrar.

Debemos entender que no todo nos va a gustar y es necesario mantener un equilibrio entre lo que nos guste de la nueva celebración y lo que podamos mantener de nuestra celebración tradicional.

Cuando tenemos hijos, y básicamente cuando nos empoderamos en la maternidad, tenemos que considerar que ellos si se pueden sentir identificados con ciertas formas de celebrar que a nosotros nos resulten impensable y debemos y tenemos que ser flexibles al respecto. No debemos imponer los nuestros y mucho menos reprochar los nuevos patrones de celebración, ya que la aceptación de los mismos y la integración de lo conocido con lo local, se convertirá en nuestros propios rituales familiares. Debemos y tenemos que permitir que nuestros hijos se familiaricen con las celebraciones locales, porque esto, será parte de una integración más fluida.

Aquí la gente no está pendiente del aspecto religioso de la Navidad ni del aspecto festivo. No  entiendo la Navidad en este país, me siento muy extraña...

¿Cómo puedo manejar esta sensación?

Debemos de ocuparnos de reconstruir nuestro ritual familiar de celebración para poder conectarnos con nuestros verdaderos sentimientos.  Nos guste o disguste la forma en que el colectivo celebra la navidad, si nos enfocamos solo en esto, no podremos ocuparnos de lo verdaderamente importante que es la reconstrucción del ritual propio de celebración familiar.

Cuando observamos detenidamente la celebración podemos identificar cuales formas de celebración se parecen a nosotros y cuales en definitiva no tienen nada que ver. Qué cosas se parecen a nosotros como personas, como familia y no solo como colectividad.

Como ocurre durante todo el proceso migratorio, los patrones que conocíamos cambian, no son mejores ni peores, solo diferentes,

Si entendemos que nuestra noción de familia se ha transformado, se ha ampliado con la migración, si asimilamos lo diferente y nos conectamos con nuestro aquí y ahora, disfrutaremos de una navidad menos aislada y daremos pasos para conectarnos con el nuevo nacimiento que implica la migración.



Es mi primera navidad fuera y no tengo todo lo que tenía antes...

Me siento culpable porque mis hijos  sienten que la Navidad festiva y abundante a la que estaban acostumbrados ha cambiado mucho. Estamos empezando y no puedo  ofrecerles todo lo que quisiera ¿Cómo lo abordo con mis hijos?

Lo principal y más importante es aceptar el aquí y ahora, conectar con nuestra realidad actual y evitar por todos los medios las comparaciones. 

Evitando comparar, y limitándonos a observar y describir lo nuevo que se nos presenta, estaremos practicando una forma de respeto por las tradiciones del lugar que nos recibe y por las propias.

Los niños deben de ajustarse a la realidad que vivimos, y necesitamos aceptar que son fuertes y pueden entender el cambio y las diferencias. 

Explicarles claramente según su edad, que las celebraciones en el nuevo lugar son diferentes, que el momento actual de cambio implica un poco de austeridad y que con seguridad, con el pasar del tiempo, estarán más cómodos y mas adaptados, es una buena manera de enfrentar los cambios que se viven.

El reproche familiar a distancia... Mi familia en mi país de origen me reprocha que no mantengo tradiciones...

Adaptarnos a las nuevas costumbres llevamos a cabo un proceso de migración no es deslealtad y debemos entender conscientemente que nosotros y nuestros hijos debemos de adaptarnos y participar de las nuevas formas de celebrar, respetando las formas y maneras de la comunidad que nos recibe.

Una forma de manejar este punto es poder mantener las tradiciones que  más nos identifican, siempre y cuando se pueda, y combinarlas sanamente con lo nuevo que se nos presenta.

Yo estoy disfrutando y estoy bien, mi familia en mi país no...

Me siento culpable porque mi Navidad en el extranjero es divertida, abundante, interesante y siento que mi familia en mi país lo está pasando mal ¿Cómo puedo manejarlo?

La culpa nos impide vivir el aquí y ahora, conectándonos con la familia desde la angustia y no desde la gratitud o desde las celebraciones. Es importante entender que nuestras decisiones adultas no han sido tomadas para herir ni desafiar a nadie, sino que han sido tomadas como un proceso de desarrollo personal y familiar.

Nuestro bienestar no es algo que deba de hacer daño a nuestra familia.  Si se mantiene una relación familiar sana, la familia se va a sentir agradecida y alegre por tu bienestar.  

Como consejos generales, conectarse con el aquí y ahora evitando las comparaciones, entendiendo que las cosas no son mejores ni peores, que son solo diferentes, respetando las nuevas tradiciones y mezclándola de manera armoniosa con las propias, podremos encarar las celebraciones de la navidad de una manera más sana y equilibrada.

Texto resumen del ForoChat de @maminmigrante con la psicóloga Rosario Vásquez  (@contratransferencia)

  


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