sábado, 28 de octubre de 2017

Alquilar en Buenos Aires. De la A a la Z.


Comenzar de nuevo no es tarea fácil, y alquilar en Buenos Aires tampoco lo es.  Si te han dicho lo contrario, debemos decirte que realmente no es el común denominador, aunque siempre hay sus excepciones. En estas líneas te comentaremos algunas de las posibilidades que tienes, de acuerdo a nuestra experiencia y a la que nos compartieron varias familias, para alquilar un departamento en Buenos Aires, Argentina.


Resumen para Novatos.

En Buenos Aires, hay dos maneras de alquilar una vivienda: Alquiler tradicional Alquiler temporario.

El Alquiler Tradicional, es aquel que realizas con contratos de dos años de duración (renovables o no, esto depende de las partes involucradas), aumento cada 6 o 12 meses que estará establecido en el contrato y el pago de las expensas y servició no está incluido.  El departamento (casa, ph, quinta, mansión) generalmente viene totalmente vacío y suelen ser más económicos. Quizás pensarás que es lo que buscas, sin embargo, aunque es una opción ideal, para poder optar a un alquiler tradicional te solicitarán como mínimo alguno de estos requisitos: Garantía propietaria,  Seguro de Caución o Recibo de sueldo.

El Alquiler Temporario, es aquel que en su mayoría se renta para vacacionar, por estancias cortas, generalmente vienen amoblados, están pensados para estudiantes y turistas extranjeros. No son los más económicos y como requisito principal en la mayoría de los casos lo que te pedirán es: dinero suficiente para cubrir meses adelantados, gastos, etc.

¿Que son Expensas? ¿Un PH? Si no estas familiarizado con estos términos, antes de continuar, lee nuestra publicación anterior sobre Glosario Inmobiliario en Buenos Aires.


Lee acá: Glosario Inmobiliario Argentino








¿Qué opciones tienes para conseguir vivienda en Buenos Aires?


Antes de adentrarnos en aguas profundas, te invitamos a leer nuestra publicación donde explicamos las opciones de alquiler que tienes disponible en Buenos Aires.  Allí entenderás de forma rápida y simple los tipos de alquileres que hay en el mercado.

Lee acá: Tipos de Alquileres en Buenos Aires


El mercado inmobiliario en Argentina es abrumador.  Hay tantas opciones, físicas y virtuales, que se vuelve estresante la búsqueda. Tienes para escoger infinidad de inmuebles, zonas, precios, características del departamento y del edificio (amenities).  Tomar en cuento muchos factores: antigüedad, cercanía a medios de transporte, si es refraccionado, cantidad de habitantes máximos permitidos, si aceptan niños o mascotas, si es luminoso o ventilado, si tiene calefacción y aire acondicionado, entre otros detalles.


Buscar un departamento con mucho tiempo de antelación no es lo más recomendable, después de dos o tres mudanzas lo entenderás. Los dueños no quieren tener las propiedades por mucho tiempo vacías, así que apenas estén por desocuparse las publicarán para que apenas salga un inquilino, entre el otro. Así que si buscas con muchos meses de antelación es probable que la propiedad que te guste hoy, no esté disponible para cuando la necesites. Eso trae como consecuencia mucho estrés o que las inmobiliarias no te atiendan porque aún falta mucho tiempo para tu ingreso (uno o dos meses, para ti es poco, pero para ellos es mucho tiempo) y como consecuencia angustia, frustración y desilusión.


Aunque suene desesperante, lo recomendable es buscar para el mismo mes que necesitas, tres semanas máximo, ya que si tienes el dinero y TODOS los recaudos al día, te darás cuenta que el proceso es se torna rápido.  A veces, la desesperación por encontrar rápido un techo (lo cual es muy razonable por tener la responsabilidad de familia e hijos), puede llevarte a alquilar un lugar no adecuado.



¿Donde buscar -y encontrar- información sobre alquileres?

Si estás próxima a iniciar tu búsqueda, te dejamos estas opciones donde puedes conseguir departamento:


Inmobiliarias:

Suelen tener muchas opciones para ofrecerte, se encargan de negociar entre el tipo de inquilino que busca el dueño y el tipo de departamento que buscas tú.  Coordinan la visita al lugar, las condiciones entre las partes y la firma del contrato. Suena soñado, claro, pero todo esto tiene un precio. Generalmente son poco flexibles y no abierto a negociaciones sobre recaudos y condiciones sobre el alquiler. Por nueva ley, la comisión que corresponde a su pago, correo por cuenta del dueño del inmueble.

Es necesario informarse cuales gastos contempla el alquiler, cada cuanto y cual será el porcentaje de aumento, en que condiciones se recibirá y en cuales se entregará. Otro tema es preguntar sobre daños que puedan surgir y como se resolverán.

Como te lo hemos repetido en varios párrafos ya, no todo es color de rosa y aunque todo vaya por buen camino al principio, recuerda siempre estar alerta y leer las letras chiquitas de todo. Ya que al finalizar los contratos suele suceder (no en todos los casos ocurre, pero es algo que no debemos dejar pasar) que entra en conflicto la devolución del depósito, pero esto es algo que trataremos en otro Post.


Dueño directo:

Como su nombre lo dice, es ese alquiler que negocias directamente con el dueño de la propiedad, sin intermediarios, sin comisiones. Solo tú y el dueño del departamento.

¿Cómo se consigue este tipo de acuerdos?

Son muchas las probabilidades para lograr el tan soñado alquiler con dueño directo, entre las que hemos conocido están:

-       Por algún referido: un amigo, vecino, compañero de trabajo conoce a una persona que está alquilando su departamento y te ofrece sus datos para que lo contactes.

-       Por medio de la web y prensa: hay diversas páginas en las que los dueños colocan sus propiedades, incluso en las redes sociales encontrarás varios grupos. Sin embargo, tienes que tener mucha precaución porque se presta para estafas. Nunca des dinero por adelantado a nadie, nunca dejes señas sin conocer a las personas y mucho menos realices el pago del departamento (deposito y alquiler) sin un contrato de por medio, mucho menos sin haber visitado la propiedad.

-       Encargados: los encargados de los edificios pueden resultar, sorprendentemente, una excelente opción para lograr un alquiler con dueño directo, ya sea que los conozcas o te lances a la aventura de ir preguntando a cada uno por la zona que te interese.

-       Avisos: muchas veces los dueños colocan los avisos de sus alquileres en los negocios de confianza o en los balcones de su propiedad. Si estás recorriendo el barrio que te gusta, presta mucha atención a estos avisos. Ten en cuenta para este y otros verificar lo más que puedas si hay en la web avisos sobre esa propiedad o comentarios que hayan colocado otras personas.


           Ventajas y dificultades de alquilar con dueño directo:

-       Si ya estás ya establecido, tienes la opción de comenzar a adquirir tus propias cosas (muebles, camas, tv, etc) a menos que alquiles a dueño directo amoblado o semi amoblados.

-       Dependiendo del dueño que consigas encontrarás los que no piden muchos requisitos, solamente que cumplas con los pagos, los que requieren garantía propietaria (de CABA, provincia, de un familiar cercano o directo), seguro de caución (hay diversas empresas o bancos por las que puedes adquirir uno, sin embargo, de acuerdo al costo de alquiler de la propiedad y los gastos (expensas) tendrá un costo determinado.  Lo bueno es que se aprueban o no, en poco menos de 48hrs y puedes pagarlo en cuotas si es el caso.  Más adelante explicaremos esta modalidad, la cual es muy usada para lograr un alquiler tradicional.


Airbnb:

Esta web/apps es una perfecta opción para alquilar y sentirte tranquilo que no te van a estafar ya que la plataforma respalda que tu dinero le llegará al propietario una vez que estés en la propiedad. De acuerdo al inmueble las comisiones, depósitos y/o gastos variarán.

Este tipo de alquileres es quizás la forma más segura para alquilar estando desde Venezuela y no conoces a nadie en Argentina. Ya que puedes tener un lugar seguro y cómodo donde llegar y pasar unos días antes de iniciar la búsqueda formal.

La mayoría de los departamentos en esta app son costosos, por lo que tendrías que utilizarlo por muy pocos días, sin embargo, si consigues un buen lugar a un precio accesible no lo dejes pasar. Tenemos el caso de una familia que les fue muy bien por esta app y lograron negociar con el dueño un alquiler a largo plazo en el departamento por el que había pagado para unas pocas semanas.


Sitios Web de Alquileres:


Son muchisimos los sitios disponibles, y los puedes ubicar colocando en tu buscador favorito la frase: "Alquileres en... (la zona de tu preferencia)".  En cada publicación tendrás disponibles fotos, descripción, requisitos, tipo de alquiler, y número de contacto.







¿Cuales pueden ser los requisitos a los que me tengo enfrentar?



Garantía Propietaria

Si tienes una familiar en Argentina que posee su vivienda propia, esta persona coloca su propiedad en garantía para asegurar todos los pagos de tu alquiler.  Aunque suene comprometedor y extremista, es la forma más común que se utiliza para poder alquilar.  Hay ciertos casos en los que te piden que la propiedad se encuentre en Capital o son más flexibles y no importa si está en provincia.  Hay casos en el que no es válida la garantía si es vivienda principal y así hay un sin número de características que van a variar.


Seguro de Caución

Como les comentamos anteriormente, existen bancos o empresas que se encargan de tramitar esta alternativa, la cual comienza a ser cada vez más aceptada por los propietarios. Incluso, ya hay un gran listado de inmobiliarias y páginas de dueños directos que trabajan con esta modalidad.

El inconveniente es el costo.  Sí, tienes que realizar un pago por este documento el cual te permitirá realizar un alquiler tradicional. Lo bueno de esta modalidad es que puedes tramitarla y en un lapso no mayor a 48 hrs te hacen la pre aprobación de tu solicitud y tienes 3 meses para conseguir el departamento que quieras. Una vez que consigues el alquiler soñado es que realizas el pago de este seguro. Si eres trabajador bajo dependencia, monotributista o autónomo, puedes optar a esta opción, incluso si con tus ingresos no es suficiente, puedes sumar garantes que tengan ingresos comprobables a tu solicitud.

Hay empresas que te permiten realizar en varios pagos el total de este seguro y si te preguntas sobre el costo, aunque no es la media, podemos decir que aproximadamente equivale casi a un mes y medio de alquiler, sin embargo, te recomendamos asesorarte directamente con los vendedores y con las calculadoras de costo en cada una de sus páginas.

Recibos de sueldo

Esta opción es quizás la mejor a la hora de alquilar. Si posees recibo de sueldo (trabajo en blanco) e incluso tienes amistades que también posean, puedes utilizarlo para realizar tu alquiler con dueño directo o inmobiliaria.





Es recomendado, iniciar la búsqueda, seleccionando la zona o barrio donde quieres vivir, bien sea porque es cerca de tu trabajo, o porque están los colegios donde estudiaran los niños, o cualquier otra razón.  Tomar en cuenta transporte público, continuidad de los servicios, costos referenciales de mercados, verduras, tintorerías, etc.


Lo importante es que siguiendo estas indicaciones, tomando el asunto con calma, siendo cuidadoso y planificado, es posible lograr el alquiler indicado.



Johamy, 31 / @maminmigrante





La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos y colaboraciones
 firmados incumbe exclusivamente a sus autores. El contenido es para ser usado por @maminmigrante gracias al consentimiento de los autores.

martes, 24 de octubre de 2017

Mi Historia Migratoria no fue nada Complicada



Sin dramas.

A veces cuando veo a Sebastian (2 años), me siento una persona muy muy bendecida. Obvio, ¿no? Su sola presencia es una gran bendición, pero saber que le puedo brindar seguridad, alimento, una infancia llena de verde para correr con tranquilidad y una mamá sin tanto estrés y preocupaciones para JUGAR (con letras mayúsculas), es como la bendición de las bendiciones.

Nuestra historia como emigrantes no fue para nada complicada como muchas historias que se escuchan o se leen por la web. Nos vinimos con trabajo, recién casados y sin hijos. Por supuesto, esto no quiere decir que no dejas atrás toda tu vida, las cosas por las que habías trabajado y muchos, pero muchos sueños.

Pero, definitivamente, empezar de “cero” sin hijos es bastante menos complicado. En mi caso, solo tuve que lidiar, en principio, con otro idioma (inglés), para el cual aún hoy (7 años después) no me siento la más erudita. A mí me encanta hablar, pero en cuanto tengo que usar el inglés cualquier tipo de gracia que tuve en español, sencillamente desaparece (de una u otra forma, creo que esto ha calado en mi personalidad).

Tuve que, además, dejar de llamarme Maria Fernanda y solo presentarme como: “María” [lean mis ojos volteados, totalmente en blanco], porque parecía que a los “locales” les estaba electrocutando el cerebro cuando usaba los dos nombres... y ni les cuento qué pasa cuando digo mi apellido: Urrutia.



Aprender... Reaprender lo básico.

Aprender a hacer un currículo totalmente diferente fue otro gran aprendizaje: foto... ¡fuera!, estado civil... ¡fuera!... demasiada información... ¡fuera!. “Coloca logros en números”, me decían y yo solo pensaba: what?? ¿Cómo pongo en números algo que nunca contabilicé?. Buscar trabajo se convirtió en un arduo “trabajo”. Esto, entre muchas otras cosas, pero nada se comparaba con la tranquilidad de saberse en un lugar “seguro”, cosa que los venezolanos hace tiempo no sabíamos cómo se sentía (la paranoia justificada a mil).  Lo dice una víctima de 3 robos manejando en las calles de Caracas. Así que cuando dije al principio “una mamá sin tanto estrés y preocupaciones”, a esto precisamente era a lo que me refería.

Cuando tuvimos a Sebas, en mi entorno, estar embarazada, era como un furor (creo que a muchas nos pasa, en cierta medida). Varias amigas estaban embarazadas o buscando. Todas sincronizadas. Incluso dos de mis mejores amigas (¡qué puntería!) quedaron pocos meses después que yo. Ya, para ese momento, era triste no poder compartir mi embarazo con ellas y con el resto de mi familia, pero saber que ellas también tendrían a sus chamos y que lo que siempre soñé: que mis hijos crecieran con sus primos (de sangre y por elección), no podría llevarse a cabo, empezó a causarme muuucha tristeza...



Estar lejos. A veces se agradece.

Esto solo es verdad hasta que Sebastian nació y las hormonas se volvieron tan locas, que caí en una especie (creo que hay casos peores) de Momzila por depresión post natal. En ese momento, empecé a agradecer estar lejos de la familia... de haber emigrado. Nuestros primeros 8 meses como papás fueron muy fuertes y tener gente constantemente queriéndote decir qué hacer y hasta cuánto debería estar comiendo tu hijo (esto comparando lo que hacían o comían sus propios hijos... [ojos en blanco otra vez]), empezó a generarme un mal humor nivel Dios (si es que cabe el uso de este nivel, jajajaj).


Pensaba: si es así a través de vías virtuales, cómo hubiese sido esto con TODOS al mismo tiempo queriendo opinar, sintiéndose apoyados los unos con los otros... y uno queriendo implementar un tipo de crianza en la que, seamos sinceras, muchos de nuestros familiares no creen o le dan el calificativo de: “¡lo estás malcriando!”.



Siempre, pero siempre se extraña a la familia.


Una vez pasó la tormenta, me recuperé anímicamente y todo volvió un poco más a la normalidad. Vuelves a extrañar a tu familia y esa “libertad” de tomarte un día, dejarle el muchacho a un familiar y salir a dar una vuelta para no volver otra vez al estado “momzila” pero esta vez causado por tu hijo (jajaja). Bueno, esto no lo puedo hacer, así que tuve que hacerme de otras herramientas para drenar y evitar, en lo posible, llegar al nivel de agotamiento de paciencia que termina siendo pagada por nuestros más chiquitos. Ahora, cuando vienen las abuelas nuestra primera tarea es hacer planes de TODO lo que queremos hacer para aprovechar que están en casa. Cine y cenas son nuestro primer target.




Si estás en proceso de emigración, ¡tranquilas! Es verdad que cada persona y familia es diferente y la manera en cómo cada quien asume los cambios es diferente. “Embrace” tu tiempo de luto y ábrete a las oportunidades que esta experiencia te brinda a ti y a tu familia. Comparar tu nueva ciudad con tu ciudad natal, es como que comparen a tu hijo con el del vecino: ¡exacto!... Es muy odioso e injusto. Evita hacerlo.

... y que la fuerza esté contigo!

Mafe,





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domingo, 22 de octubre de 2017

Nos pusimos un tiempo para estar juntos de nuevo



Mi nombre esa Melissa Fernández, tengo 33 años, soy Orientadora y estoy casada con Daniel desde
hace 11 años.  Tenemos 2 hijos maravillosos, Enmanuel David y Lucía de Jesús.




La decisión.  Emigrar.


La decisión de emigrar la tomamos hace 2 años, la verdad es que Daniel no quería dejar a su
familia y en serio que yo tampoco quería irme y dejar a la mía,  pero nuestra realidad era que nos estaba costando cada vez más estar en nuestro país y darle a nuestros hijos un futuro.


Decidir cómo sería el proceso de irnos no fue fácil, queríamos salir los 4 juntos, pero no teníamos el dinero suficiente para estar tranquilos mientras conseguimos estabilizarnos, así que la mejor opción que encontramos, consistía en que se fuera uno de los dos primero y Daniel tenía más posibilidades de conseguir empleo por su profesión.  Investigand,  descubrimos que los ingenieros tienen muchas posibilidades, así que sería el quién se fuera adelante y yo me quedaría con los niños.


Separarnos fue lo más difícil.

Daniel se fue de Venezuela un 10 de febrero y verlo irse fue muy duro.  Separarnos fue lo más difícil
que hemos vivido como familia.  Sabíamos que era lo mejor pero nunca dejó de ser difícil.


La realidad que vino luego, fue un día a día.  Vivir un día a la vez.  Esa primera noche solos,  lloré
mucho. Vernos por el teléfono todos los días, era duro y luego explicarle a los niños que esa sería
nuestra realidad por un tiempo fue complejo para mi como mamá.  Debo decir que nada fue fácil
pero tampoco fue imposible.  Estando separados, la poca comunicación que podíamos tener, representaba todo un reto, dado lo habladora que soy.




Parecía una Eternidad.

Lo más fácil? Pensar que pronto estaríamos juntos, aunque no sabíamos cuándo sería. Nos
pusimos un tiempo, 6 meses.  Dijimos que antes del cumple de Enmanuel David, 28 de agosto,
estaríamos juntos.  La realidad,  es que me parecia una eternidad, pero ya habíamos empezado éste
viaje.

Fueron muchas las cosas difíciles, después de hacer todo juntos.  Me tocó a mi sola llevar toda la
responsabilidad:  los niños, la casa, el carro, los colegios, rutinas de sueño, en fin…todo.  Vivimos
momentos muy importantes separados, el cumple de Dani y el mío, nuestro aniversario n° 11,
exposiciones de los coles, día de la madre, día del padre.  Varias veces me quedé accidentada y no
sabía a quien acudir pero creo que mi mayor prueba, yo lo llamé mi lucha interior, fue LA
PACIENCIA, esperar el momento en que Dios tenía planeado reunirnos fue una prueba muy difícil.




Dios nos ha llenado de muchas más bendiciones desde el día en que Daniel salió del país.  Daniel consiguió un trabajo maravilloso con el que se pudo comprar los 3pasajes y pudimos llegar a Argentina el 16 de agosto justo 12 días antes de lo que habíamos planeado, un regalo de amor de Dios, de nuestro esfuerzo y todo lo que nos preparamos.


La clave del éxito de nuestro proceso fue la paciencia, la comunicación y el amor. Hablar con los
niños todos los días y explicarles que estaba pasando y que queríamos para ellos y para qué
estábamos haciendo todo. Desde el día 1 de la decisión de emigrar les íbamos contando y
explicando cada pasó que dábamos, eso hizo todo más fácil, sobre todo para Enmanuel, el mayor.

Desde que tomamos la decisión de irnos le dijimos a Enmanuel, que teníamos que irnos porque ya no podíamos seguir viviendo en Venezuela.  Le explicamos que no nos alcanzaba el dinero para comer, la inseguridad era muuuy fuerte, nos costaba mucho comprar las cosas que a el tanto le gustaban.  Nuestro destino decidido para vivir fue lo que más le gustó porque es fanático de Messi.  Después que le dijimos que ya Daniel tenía fecha para irse, todos los días le preguntábamos como se sentía, si tenía alguna duda, si sentía bien con la vida que pronto íbamos a tener.  Luego que Dani se fue el proceso fue hablar con el a diario junto con su papá por teléfono, el entendió que era lo mejor y sabía que haríamos lo posible por estar juntos antes de su cumple... y afortunadamente, así fue!


El reencuentro fue muuuy ansiado, muy esperado, cuándo nos vimos después de 6 meses fue muy emocionante, ver a los niños abrazar a su papá fue maravilloso, estaban como si les hubiesen dado el regalo más esperado, al abrazar a Daniel sentí que estuve completa de nuevo, mi  corazón volvió a estar completo.


Lo haría de nuevo.

Lo haría de nuevo sin dudarlo..ahora extraño mucho a mi mami y a mi hermano pero por el futuro de mis hijos no miro atrás.


Melisa, 33.





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miércoles, 18 de octubre de 2017

Quiero emigrar... pero no puedo!

QUIERO EMIGRAR PERO NO PUEDO



¿QUÉ HACER?

Lo que queda
Después de dejar en el aeropuerto a amigos, tíos, primos, cuñados e incluso hijos o padres y regresas a casa y ¿qué te queda?,  hay un cuarto vacío, álbum de fotos que quedaron en la casa, quizás cajas de cosas que no cabían en las dos maletas de 23 kgs, papeles y documentos por buscar, ya que no les dio tiempo apostillarlos, cosas que quedaron por vender y mucho más.





La psicoanalista Adriana Prengler (Sociedad Psicoanalítica de Caracas) se refería a la migración en este sentido: "migrar es una experiencia que aún en las mejores circunstancias es dolorosa, y se centra en un duelo que hay que elaborar, ya que a diferencia de otros duelos no hay una pérdida real del objeto, ya que no muere, está en otro lado, es un objeto perdido que prosigue su existencia, pero separado del que emigra".

Alvarado y Núñez (2006) señalan que se presenta un cansancio asociado con malestar cuya expresión de angustia son los sentimientos de culpa, hostilidad reprimida, incluso semejante, como si experimentaran, el síndrome del nido vacío. Sin embargo las pérdidas de la migración no son totalmente claras, completas e irrevocables, son ambiguas porque se arropa la idea de un posible retorno del que se fue.

Pauline Boss (1999) indica que los familiares acogen tal esperanza, en tanto el migrante se encuentre físicamente ausente pero psicológicamente está presente y es mencionado recurrentemente en el entorno; esto sucede en familias con una persona fallecida en la guerra o los desaparecidos políticos, cuyos cuerpos nunca se encuentran, se necesita una prueba material del fallecimiento de la persona para elaborar el duelo, de lo contrario se continuará con la espera abierta, por más irrealista que esta sea.

Y es que el duelo es del que se va y el que se queda,  unos cambian los paisajes a veces el idioma y las condiciones de vida, pero ambos experimentan el  vacío de ese afecto o pérdida del objeto, el núcleo central está en ese manejo de la pérdida o duelo para lograr redefinir roles, reacomodar rutinas, replantear  proyecto de vida y orientar la vida en términos de bienestar y felicidad.

Es inminente, queda reorganizar la vida sin esos seres queridos que tuvieron que irse, queda indudablemente frustración en muchos casos porque las condiciones de vida actuales siguen iguales, tal vez depresión, soledad pero aparte de todos estos sentimientos queda tu actitud con la que vas a enfrentar estos retos, eso no se ha ido, queda una persona con recursos internos, con fe, con resiliencia, con otros amigos, vecinos o familiares que también se han quedado por múltiples razones por lo cual no estás solo, si,  la vida continua a pesar de todo.


El duelo hay que vivirlo.

No existe pastilla, jarabe, te o terapia mágica para evitar el duelo, entonces la primera recomendación es aceptarlo; habrán momentos tristes, nostálgicos, de reflexión y mayor recogimiento y eso hay que reconocerlo, transitarlo y respetarlo.  Nuestra cultura venezolana tiende a minimizar, desvalorizar y a mitificar el dolor, como una especie de enfermedad que hay que erradicar así sea con alcohol, goticas milagrosas, paseos, compras compulsivas, dulces y en el peor de los casos pastillas para la depresión automedicadas.  Tenemos sobre los hombros el estigma cultural de ser alegres por naturaleza y de hacer un chiste de todo, por lo tanto se nos prohíbe entristecernos, se nos sanciona por llorar, expresar dolor y hasta por despedirnos,  la realidad es que mientras más escapes del dolor más te  perseguirá, probablemente en forma de somatizaciones, irritabilidad, ansiedad, insomnio, alteraciones del apetito, dificultades de atención, fatiga y desinterés por las cosas que antes hacías normalmente. Negar el dolor te puede someter en forma de depresión.

El duelo no es para toda la vida sino hablaríamos de un duelo complicado o crónico que requeriría una atención profesional específica, el duelo normal pasa por varias etapas como negación, ira, negociación, depresión y aceptación, esto puede ocurrir entre semanas y/o meses, con un orden que puede variar y que será distinto según las diferencias y experiencias personales en el manejo de pérdidas y duelos en la vida.















Y te preguntarás qué puede complicar tu duelo, pues muchos factores, uno de ellos que es clave, es la experiencia previa ante las pérdidas significativas en tu vida, si a temprana edad viviste una situación de pérdida que no se ha resuelto incluso en la vida adulta, probablemente este duelo se reactivará ante la partida de un ser querido para ti; la edad es un factor importante, imaginemos si es un niño que debe quedarse con su abuela mientras sus padres se establecen económicamente, otro factor tiene que ver con el tipo de relación establecida con ese ser querido,  rol que ocupaba en tu vida, si había o no dependencia física o emocional y claro está en qué términos estaba la relación en ese momento,  quizás es diferente si quien se va es un hijo joven soltero quien nunca había vivido fuera de casa y que apenas se acaba de graduar, al caso de un amigo muy querido  que se va con su familia; adicionalmente está el hecho de que tal vez decidiste conscientemente quedarte en el país de origen o por situaciones ajenas a tu voluntad tienes que quedarte, son factores que podrían o no complicar las cosas.


El camino Interior


“El mundo es redondo y el lugar que puede parecernos el final, puede ser también el principio” Yvi Baker Priest
Al tiempo que transitas por ese dolor y momentos de frustración  y hay incluso días más soleados, más livianos y emocionalmente más ligeros, el dolor va tomando otros matices,  aparecen nuevos intereses, nuevas caras, relaciones, alegrías incluso reencuentros que pueden ir fortaleciendo ese mundo emocional día a día, hay un primer reencuentro que es con nosotros mismos, y que nos confronta con algunas preguntas: ¿ahora qué hago?, ¿quién soy?, ¿qué voy a hacer con esto? y ¿qué tengo que aprender de esta experiencia?, preguntas muy profundas que se van develando con el tiempo y que su respuesta es muy personal.  Lo que si es seguro es que cada persona cuenta con recursos para afrontar el duelo y estos recursos son lo que en psicología llamamos resiliencia, que no es más que la capacidad de los seres humanos de salir fortalecidos ante experiencias adversas.  Durante el tiempo que trabajé con niños desvinculados de su  familia de origen, todos de distintas edades, sin relación entre sí, cada uno con una historia de vida más difícil que los otros, pude constatar que en la práctica todos contaban con recursos para ser resilientes, y en ese sentido y a pesar de la situación tan adversa como era estar fuera de su núcleo familiar pude conocer personitas muy especiales,  con ganas de vivir, desarrollarse, amar a otros y ser felices, y esto no lo descubres en libros de autoayuda ni mensajes motivacionales en el vacío.

Mención aparte tiene el tema de reorganizar roles y replantear tu proyecto de vida, en este punto quiero detenerme principalmente con aquellas personas que centraron sus roles en torno a la paternidad y maternidad, dado que la vivencia de migrar  es un concepto muy antiguo pero en nuestro país Venezuela tiende a ser relativamente novedoso,  la migración de familiares cercanos llega a romper y generar crisis en las relaciones y expectativas familiares que a primera vista puede ser impactante, no obstante en personas que pertenecen a familias sanas y buenos recursos interpersonales la idea de reorganizar va justo en el sentido de ir descubriendo nuevas relaciones, intereses, proyectos personales y adaptar las tradiciones familiares de modo que la vida cobre nuevamente un sentido.

Nadie dijo que esto iba a ser fácil, rápido o indoloro, lo que si puedo asegurarte es que transitar el camino que te lleve descubrir esos recursos internos, a aprender de esta experiencia y valorar esta nueva ruta es gratificante, está lleno de preguntas y a veces no tiene tantas respuestas como nos gustaría.  El día que yo dejé de hacerme tantas preguntas en relación a una pérdida muy importante en mi vida, comencé a transitar el camino de la aceptación y el dolor comenzó a transformarse en más amor.  


QUIERO EMIGRAR PERO NO QUIERO. CONTRADICCIONES

Ya es bien sabido sobre todos los retos que supone emigrar, las decisiones y los cambios son múltiples, te encuentras frente a muchas preguntas, no todas tienen respuesta y hay que lidiar con eso, sin embargo no es menos cierto que en el proceso de la toma de decisión hay una fase crucial: ¿me voy o me quedo?.

Es posible que comiences con frecuencia a imaginarte en un nuevo lugar, en un nuevo ambiente con nuevas personas, relaciones, trabajo, etc. pero resulta que en la realidad todo lo que haces te aleja de esa fantasía y posteriormente meta objetivo, parece contradictorio ¿verdad?, tal vez conozcas a alguien que quiso ser un exitoso profesional pero ni siquiera se ha acercado a la universidad para saber cuándo es la prueba de admisión para alguna carrera; algo parecido pasa con las decisiones importantes en la vida, casarse, divorciarse, tener hijos o no, ir a la universidad, obtener o renunciar a ese empleo y emigrar a otro país, entre otras.  Prácticamente un factor común en todas ellas es que suponen grandes cambios en tu estilo de vida y los cambios producen miedo, porque salir de la zona de confort, no es fácil ni agradable al principio, en este sentido si crees que estás en esta fase es importante revisar cuál es el rol que están jugando tus miedos para alcanzar esa meta que deseas, identificarlo, reconocerlo, aceptarlo y luego afrontarlo porque si ellos están allí paralizando tus decisiones no importa que alcances el contrato de trabajo soñado, estatus legal en el nuevo destino, comodidades, facilidades y hasta el boleto comprado en primera clase, no te vas a ir, posiblemente porque tu viaje está solo en tus ideas y no en tus pasos para llegar a la meta.




Fuentes:
Seminario Consecuencias y conflictos de la emigración Asociación Psicoanalítica de Caracas, 2015
Sierra Uribe. Para vivir los duelos (2006)
Hurtado y Cols. Los que se quedan. Una experiencia de Migrantes. Rev. Electrónica Científica de Psicología. https://www.uaeh.edu.mx/investigacion/icsa/LI_PrevAten/Marib_Pime/5.pdf






Lic. Rosalynn Herrera
Psicóloga escolar, psicoterapeuta, asesora familiar.
Migrante y mamá venezolana.

FB e IG  autora de @psicoblogueando





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martes, 17 de octubre de 2017

Embarazada, Soltera y Emigrante.


Mi historia empieza justo cuando quedo embarazada.

Tenía tres años intentando quedarme afuera del país, pero cada vez que salía regresaba porque tengo mamitis aguda.

Aparte de darme la vida, mi mama es mi mejor amiga, consejera, socia  y pare de contar.  Por otro lado, tenía dos años buscando quedar embaraza porque viví una trágica historia con el hombre con quien quería hacer mi vida y formar una familia, que lamentablemente la delincuencia me arrebató.

Luego de ese episodio, quede como sin una metas, entonces sabia que un hijo y ser madre me iba a dar la luz que necesitaba.  Resulta que conocí una persona con la que estaba bien pero, aún nada como el hombre que desde el cielo me mira.  Después de largos meses quedo embaraza, pero estaba clara que no quería dar a luz en Venezuela por toda la escasez y todo el tema que todos conocemos que padecen madres e hijos.  Comienzo a buscar a donde podía irme, a donde emigrar.



Decidir a donde emigrar.  Las razones... mis razones.

Después de que estudie mil y un países, decidí que era para Argentina a donde me iría.

¿Las razones? Inicialmente por la facilidad de sacar los papeles y luego, porque aquí estaba ya mi primo hermano con su familia y podían darnos una mano. Los lazos familiares para mi son importantes.

Le avise al padre de mi hijo una semana antes de venirme, porque estaba segura que el no quería salir del país (era un tema que ya habíamos hablado) y empecé a planificar mi viaje.



Solo tenía $USD 400 en la cartera.


Me vine con $USD 400 en la cartera,  pero además venía ya de 7 meses y con un panzón grandísimo, así que me costó conseguir trabajo.  Sin embargo tenía negocios en Venezuela que aún me daba buena ganancia y para ese momento no me afectaba tanto el cambio cómo ahora.

Uno de mis mayores miedos era el no tener el dinero para sobrevivir porque sabía que se me haría difícil encontrar empleo embarazada y efectivamente así fue.




Llegué viviendo en casa de mi familia y viviendo de mis ahorros y lo que me enviaban de Venezuela. A los 8 meses de embarazo me mudé con mi hermana.  Tuve mi control en un hospital publico porque no tenía obra social.  Allí mismo di a luz y nos seguimos controlando mi bebé y yo.



No tenía tiempo ni para llorar. Fue horroroso


No es fácil ser madre estando soltera, porque no tienes el apoyo para descansar ni para una ayuda económica, (eso de que "tienes que descansar cuando el bebe duerme" jaja nunca supe lo que es eso), de hecho Lionel estuvo internado por una bronquiolitis 2 semanas y fueron 2 semanas sin producción porque trabajo cómo moza y gano dinero por día trabajado, fueron las 2 semanas más larga de mi vida y espantosas porque mi Lío convulsiono y es algo que no le deseo a nadie.

Gracias a Dios la poca familia que tengo acá me dio su apoyo pero fue fuerte igual, no tenía tiempo ni para llorar fue horroroso, hoy en día está súper sano y va a su jardín de lunes a viernes casi todo el día porque yo trabajo cómo les comente y bueno los fines de semana me lo atiende una cuidadora.  Mi sueldo sirve sólo para sobrevivir.  Pago el jardín, alquiler y niñera y bueno cosas personales básicas, pero siendo sincera quedo muy justa.  Sin embargo la verdad no me quejo, hoy en día estoy feliz porque veo cómo Lionel crece tan rápido y me tiene enamorada.

Verlo sonreír me hace ser más fuerte cada día, y por el lucharía una y mil veces más.


Beatriz, 27 años. @beatrizzrequena







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jueves, 12 de octubre de 2017

¿Quién se quiere ir de Venezuela?



Cuando estaba pequeña, escuchaba a mis padres y familiares hablar de quien se había ido de Venezuela a estudiar, y se referían a esta persona con muchos halagos, porque generalmente eso ocurría cuando una persona se ganaba una beca para estudiar afuera del país, o cuando alguien quería cambiar de paisaje, lo cual requería mucho valor porque ¿Quién se quiere ir de Venezuela?...

En aquel entonces, solía soñarme en tierras lejanas, por alguna razón, muy frías (Canadá, Nueva Zelanda). Luego fui creciendo y amañándome a mi país cada vez más, con lo cual la idea de emigrar, desapareció. Viví en Santa Bárbara de Zulia, una zona bendita y conocida por ser la despensa agrícola y pecuaria de Venezuela. Luego en Mérida, una zona montañosa hermosa. Luego viví en Punto Fijo, en las hermosas costas venezolanas. Punto fijo incluso está cerca de un desierto de arena deliciosa. Y allí estaba yo, enamorada, soñando a mis hijos creciendo felices en mi amado país, cuando Venezuela comenzó a desmoronarse.


Cuando Venezuela empezó a desmoronarse y la cuidas donde vivía, 
se convirtió en una nube de polvo

Las palabras “Hay que irse”, comenzaron a resonar en mi mente, como esa alarma mañanera que escuchas entre sueños, pero que no quieres escuchar. La ciudad donde vivía, se convirtió en una nube de polvo y humo de refinería. Sin agua, con una escasez tremenda, enfermedades por falta de agua, y sin medicinas. Y así sin más, nos tuvimos que ir urgentemente.


Tuvimos que decidir entre irnos a otro país, sin habernos preparado, e irnos a casa de alguno de nuestros padres. Allí, tomamos mal nuestra primera decisión y decidimos irnos sin estar bien preparados.
En lo que respecta a los documentos, teníamos todo legalizado, pues habíamos invertido dos años preparando toda nuestra documentación para optar por una beca de estudios de postgrado en Canadá. Eso, nos facilitó la huida a otro país, pues ya teníamos todo legalizado y apostillado.



5 cosas que hice mal al emigrar con mis hijos
 (por lo cual me tuve que devolver)


1.-Desesperarnos y no planificar. La zona donde vivíamos en Venezuela, estaba particularmente afectada por estar aislada en cierta manera del resto del país. Por su clima árido y sus problemas de agua. Eso nos llevó a la desesperación, a contar nuestros ahorros (darnos cuenta que no eran nada en dólares), y a escoger un destino basado en el boleto que podíamos comprar. El destino a donde mudarte a vivir con toda tu familia, debe escogerse por las necesidades y dinámica del grupo familiar, puedes usar una lista-matriz por puntos, asignando puntaje a ciertas características de una ciudad del mundo en particular, y comparándola con otras, sobre todo si vas con chicos. En nuestro caso, no revisamos si la ciudad tenía parques, lugares al aire libre, cómo eran las escuelas, cuanto costaba ir al cine, que tal eran los hospitales pediátricos, nada de eso. La ciudad no resultó ser kids-friendly. Solo miramos el costo del boleto que podíamos adquirir en ese momento. Lo cual me lleva al error nro 2.


2- No pedir ayuda. No dijimos nada a los amigos, ni siquiera a los más cercanos. Hablábamos del viaje en Código y lo llamamos “Las vacaciones”. Así que con el viaje inminente no pedimos ayuda a nadie, ni para organizar la casa, el viaje, y no planifiqué con antelación quien cuidara mi jardín. El día que me iba desesperadamente le di mis llaves a mi comadre y le dije que se encargara de mis plantas, que no iba a volver. Tampoco pedimos préstamos, ni vendimos nada. Estoy segura que de haber escogido otro destino más adecuado a nuestras necesidades, algunas personas nos hubiesen ayudado con el costo de los boletos. Mis plantas se secaron, puesto que mi comadre tuvo que entregar mi llave, por nuestra misma desorganización. No fuimos sinceros con nadie, ni siquiera con nuestros propios hijos.


3.- No tomar en cuenta los sentimientos de nuestros hijos. Tal vez este fue nuestro error más grande. El más doloroso. No les dejamos despedirse de sus compañeritos, nos les explicamos nada, incluso, el mismo día de nuestro vuelo, les dije que escogieran una cosa para llevar. Un juguete. Uno entre tantos. Luego en la ciudad destino, mis hijos lloraban al recordar a sus juguetes más preciados, lloraban al recordar a sus amigos, su habitación, sus espacios. No les dimos tiempo de enterarse, de vivir un duelo respetado. Luego en el extranjero sufrimos todos 4 juntos, incluso, yo misma lloraba con ellos. Nos tocó recurrir a consulta psicológica en ese país, y gracias a varias sesiones de arte terapia pudimos ver el panorama más claro en familia.


4.- No organizamos lo que dejábamos atrás. Nuestra casa quedó intacta, como si viviéramos en ella. Según la psicóloga no existe otra simbología más clara. Quien se va, empaca y guarda. Nosotros, al no querer irnos en el fondo, dejamos todo tal cual. Eso nos atormentaba en el nuevo país. Nos imaginábamos que nos robaban todo, o nos paseábamos (como si nos convirtiéramos en espíritus) por nuestra casita de Venezuela, anhelando estar en ella de nuevo. Los niños recordaban la última vez que vieron su habitación, su patio, su jardín, todo intacto. Lo mismo pasó con nuestro vehículo. Quedó estacionado y no organizamos que alguien lo encendiera o lo paseara de vez en cuando. Incluso quedaron dentro las sillas, y juguetes de nuestros hijos. No hubo cierre y esto nos afectó psicológicamente.


5.-No teníamos empleo en el lugar de destino. Como blogger y freelancer, puedo trabajar donde sea. Solo necesito mi laptop y una conexión a internet. Mi esposo no, el necesita trabajar físicamente en plantas industriales o refinerías porque es Ingeniero Químico. Este es un factor importante a considerar en el nuevo País y nosotros, ¡Ni lo pensamos! Nos mudamos a un país sin refinerías, ni plantas industriales, un país que vive del turismo y todo lo importa. Estuvimos varios meses con papá en casa, frustrado, harto de buscar empleo, sin lugar público apto para pasear a los niños, con mamá ocupada todo el tiempo en el computador, tratando de generar ingresos que se esfumaban rápidamente. Aunque en el nuevo país no había escasez, igual nuestros ingresos limitados nos impedían disfrutar de muchas cosas. Nuevamente a costa de las necesidades de los niños.


Nos descubrimos totalmente infelices

En este punto, sumamos todo y con ayuda de la arte terapia, nos descubrimos totalmente infelices. Totalmente desconectados con el nuevo país. Con el cordón umbilical fuertemente atado a nuestra casa en Venezuela, a nuestros afectos. Decidimos regresarnos, para recalcular y reorganizar.

Esta vez, 8 meses después, lo estamos intentando de nuevo, pero con mucha más organización. Esperamos que esta vez, al poner nuestro interés en los sentimientos de los chicos, en sus necesidades, con un poco más de calma y paciencia, nos ayude a hacer todo mejor.





Esta vez, si haremos despedidas


Nuestra casa ya está vacía, nuestras cosas embaladas en un depósito. Vivo los niños en casa de los abuelos mientras papá ya está desde hace un mes en otro país. En una ciudad totalmente amigable con los niños, con refinerías, donde papá ya trabaja, y con familiares y amigos que nos esperan con cariño. Esta vez si haremos despedidas, y los juguetes, nos los llevaremos a casi todos en nuestras maletas.

Esta vez, no huimos, sino que emigraremos en familia, con amor y esperanza.



Ivonne @preguntamama   www.preguntamama.com



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sábado, 7 de octubre de 2017

Primera vez que pasamos tanto tiempo separadas. Mi hija viene luego



De esas cosas grandes que te pasan en la vida, una es ser madre. Y en ese camino vienen también decisiones difíciles. Una de ellas es emigrar y hacerlo justamente sin la razón que más te motiva; tus hijos. Compartimos otra experiencia;  una madre que emigró y dejó a su adolescente en Venezuela.

Cuando no encuentras trabajo, cuando es difícil tener lo que necesitas para vivir y tienen unos hijos que mantener las angustias ganan espacio en tu vida y marcharse a buscar un porvenir es una opción.
Una madre que decide emigrar sola y dejar a sus hijos sabe todo el alboroto emocional que eso significa. 

Karen no solo lo sabe, lo vive. Este septiembre cumplió 9 meses en Argentina pero en Venezuela dejó a su hija, una señorita de 14 años. “En ocasiones me reclama que la abandoné; ha sido muy complicado porque es una adolescente, es mi única hija y muy pegada a mí porque estoy separada de su padre. He tenido días de depresión, lloro mucho porque es la primera vez que llevo tanto tiempo sin verla. Ya quiero abrazarla, darle mucho cariño y besos. Quiero recuperar este  tiempo separadas”.

Esta venezolana es una joven de 34 años, apasionada de la cocina y sueña con profesionalizarse. Llegó a Argentina con su esposo y tiene una red cercana de amigos que ya estaban en el país. Eso ha facilitado su proceso. “Mi adaptación fue rápida, conseguí empleo rápido y eso me ha ayudado a tener amistades argentinas. Me siento bien acá, pero estoy incompleta”. Casi un año acá y no ha podido traerse a su hija.



Cambio de planes

“Dejé a mi hija con mi madre, su abuela,  mientras me estabilizada económicamente para regresar a buscarla personalmente pero ha sido complicado. No dejé poder legal alguno y los costos de los boletos son muy elevados”. Para un menor de edad salir con otro adulto que no sea su tutor legal o viajar solo con uno de sus padres requiere un poder legal especial y un permiso de viaje debidamente legalizado o apostillado.

“Mi hija se vendrá sola con un tutor que le asigna la aerolínea pero antes de eso debo hacer todos los trámites de legalización de documentos. Ahora, además, debo ir adelantando el proceso para poder inscribirla y que siga estudiando acá cuando venga”.

No es secreto tampoco que los costos de los pasajes Venezuela- Argentina son superiores a USD 700 y que a la fecha no hay vuelos directos entre los dos países. Las rutas deben hacerse vía Colombia o Brasil.



El reproche del abandono

“Este es un proceso doloroso pero no eterno. Todo lo que hago es por el bienestar de mi hija y sé que este esfuerzo tendrá recompensa".

“Hablo con ella todos los días;  llamadas, mensajes,  pero ella anhela al igual que yo estar juntas. Ha estado un poco rebelde y grosera con la abuela”. Como madre entiende que es una etapa confusa para su hija y que aunque conoce la situación el reproche es inevitable.  “En ocasiones me dice que la abandoné”.

“Acá vivo en un departamento y cuido cada detalle para que cuando ella venga se sienta cómoda”.
“Un día empecé este camino y me separé de lo más preciado para cualquier ser humano; la familia, su esencia, sus raíces. No ha sido fácil pero he aprendido y madurado mucho. Estoy segura que la decisión que tomé es la correcta, agradecida con Dios, la vida y las personas que me han apoyado en este proceso. Mi corazón sigue perteneciendo a Venezuela”.


Gracias a Karen por permitirnos contar su historia y esperamos pronto se puedan reunir.




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miércoles, 4 de octubre de 2017

Dejé a mis hijos aunque me duela el alma. Mamá emigra sola.

Dejé a mis hijos aunque me duela el alma

#Soymaminmigrante

Cuando una madre emigra lo hace con el corazón en la mano y las angustias en la cabeza. No
importa si se van con sus hijos, si decide dejarlos con un familiar para luego buscarlos, si son
adolescentes o bebés; los sentimientos, preocupaciones y anhelos son parecidos.


En octubre se celebra en Argentina el Día de las Madres, y aunque en la mayoría del mundo se ha
celebrado ya, queremos destacar muchas de las historias que vive una mama inmigrante. Vamos
a compartir en varios post varias vivencias y experiencias de muchas mujeres que con su propia
historia personal decidieron emigrar, cada una a su manera y con sus propias herramientas.


No queremos juzgar ni comparar; queremos un espacio para ser escuchadas, queremos compartir
experiencias para aprender. Por eso muchas mujeres, muchas como cualquiera de nosotras, nos
han hecho llegar sus historias de migración y nos han autorizado contárselas… con el único fin de
crecer juntas.


Doscientos dólares en el bolsillo y el corazón roto.

Una de las decisiones más difíciles cuando se emigra en familia es decidir cómo lo haremos. Para
muchos es una opción pensar que primero lo haga la madre o el padre y regresar luego a buscar al
resto. Es quizás doloroso y difícil pero valedero cuando se han pensado todos los pro y los contras
y se decide en conjunto.


Joyce es una joven venezolana de 29 años, casada hace 13 y con dos hijos de 12 años y 4 años. Con
apenas tres meses en Argentina ha pasado por una montaña rusa de emociones. “Llegue a Buenos
Aires por tierra, recorrí cuatro países, tarde diez días en llegar y finalmente lo hice con una
maleta, mi pasaporte con mis documentos, una esperanza y 200$. En Venezuela dejé mi vida
entera; allá están mis hijos”. Joyce no pudo estar para el cumpleaños de ninguno de sus hijos.
La nostalgia y la desesperación son constantes en su día a día. “Me deprimo, lloro mucho por todo,
me ha costado demasiado manejar mis emociones; cada día que pasa se hace mayor y algunas
veces pienso que me quisiera regresar... es duro”.


Sin embargo ella recuerda por qué tomaron esa decisión y aún sea de las más difíciles sostiene que
lo haría nuevamente. “Cuando decidí emigrar por la situación en la que estábamos en Venezuela;
estaba desempleada y mi esposo ganaba sueldo mínimo, apenas tenía unos dólares guardado de
un viaje anterior que vine a ‘raspar’”. Con el control cambiario en Venezuela y la asignación de
cupos en dólares para viajes con uso de tarjeta de crédito y efectivo, el método de “raspar” que
no es más que viajar solo con el fin de extraer el dinero, se convirtió en un método de ahorro para
muchos ciudadanos.


“Dejé a mis hijos porque no tenía suficiente dinero como para venir todos al mismo tiempo y
aventurar; es difícil como madre sacar a mis hijos de allá que no las están pasando muy bien a
traerlos así sin tener por lo menos un empleo y techo seguro”.




No todo es tan malo.

“Lo bueno de haber venido sola es que por lo menos es más fácil encontrar ayuda tengo la
oportunidad de ahorrar dinero para poder enviar. Mi esposo no está trabajando en este momento
porque la empresa está paralizada".


La incertidumbre, la nostalgia y la tristeza son sus compañeras, sin embargo Joyce se siente bien
sabiendo que puede enviar dinero a su familia. Guarda la esperanza de encontrarse pronto.


@maminmigrante
Edición @yosoyinesita

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