domingo, 22 de octubre de 2017

Nos pusimos un tiempo para estar juntos de nuevo



Mi nombre esa Melissa Fernández, tengo 33 años, soy Orientadora y estoy casada con Daniel desde
hace 11 años.  Tenemos 2 hijos maravillosos, Enmanuel David y Lucía de Jesús.




La decisión.  Emigrar.


La decisión de emigrar la tomamos hace 2 años, la verdad es que Daniel no quería dejar a su
familia y en serio que yo tampoco quería irme y dejar a la mía,  pero nuestra realidad era que nos estaba costando cada vez más estar en nuestro país y darle a nuestros hijos un futuro.


Decidir cómo sería el proceso de irnos no fue fácil, queríamos salir los 4 juntos, pero no teníamos el dinero suficiente para estar tranquilos mientras conseguimos estabilizarnos, así que la mejor opción que encontramos, consistía en que se fuera uno de los dos primero y Daniel tenía más posibilidades de conseguir empleo por su profesión.  Investigand,  descubrimos que los ingenieros tienen muchas posibilidades, así que sería el quién se fuera adelante y yo me quedaría con los niños.


Separarnos fue lo más difícil.

Daniel se fue de Venezuela un 10 de febrero y verlo irse fue muy duro.  Separarnos fue lo más difícil
que hemos vivido como familia.  Sabíamos que era lo mejor pero nunca dejó de ser difícil.


La realidad que vino luego, fue un día a día.  Vivir un día a la vez.  Esa primera noche solos,  lloré
mucho. Vernos por el teléfono todos los días, era duro y luego explicarle a los niños que esa sería
nuestra realidad por un tiempo fue complejo para mi como mamá.  Debo decir que nada fue fácil
pero tampoco fue imposible.  Estando separados, la poca comunicación que podíamos tener, representaba todo un reto, dado lo habladora que soy.




Parecía una Eternidad.

Lo más fácil? Pensar que pronto estaríamos juntos, aunque no sabíamos cuándo sería. Nos
pusimos un tiempo, 6 meses.  Dijimos que antes del cumple de Enmanuel David, 28 de agosto,
estaríamos juntos.  La realidad,  es que me parecia una eternidad, pero ya habíamos empezado éste
viaje.

Fueron muchas las cosas difíciles, después de hacer todo juntos.  Me tocó a mi sola llevar toda la
responsabilidad:  los niños, la casa, el carro, los colegios, rutinas de sueño, en fin…todo.  Vivimos
momentos muy importantes separados, el cumple de Dani y el mío, nuestro aniversario n° 11,
exposiciones de los coles, día de la madre, día del padre.  Varias veces me quedé accidentada y no
sabía a quien acudir pero creo que mi mayor prueba, yo lo llamé mi lucha interior, fue LA
PACIENCIA, esperar el momento en que Dios tenía planeado reunirnos fue una prueba muy difícil.




Dios nos ha llenado de muchas más bendiciones desde el día en que Daniel salió del país.  Daniel consiguió un trabajo maravilloso con el que se pudo comprar los 3pasajes y pudimos llegar a Argentina el 16 de agosto justo 12 días antes de lo que habíamos planeado, un regalo de amor de Dios, de nuestro esfuerzo y todo lo que nos preparamos.


La clave del éxito de nuestro proceso fue la paciencia, la comunicación y el amor. Hablar con los
niños todos los días y explicarles que estaba pasando y que queríamos para ellos y para qué
estábamos haciendo todo. Desde el día 1 de la decisión de emigrar les íbamos contando y
explicando cada pasó que dábamos, eso hizo todo más fácil, sobre todo para Enmanuel, el mayor.

Desde que tomamos la decisión de irnos le dijimos a Enmanuel, que teníamos que irnos porque ya no podíamos seguir viviendo en Venezuela.  Le explicamos que no nos alcanzaba el dinero para comer, la inseguridad era muuuy fuerte, nos costaba mucho comprar las cosas que a el tanto le gustaban.  Nuestro destino decidido para vivir fue lo que más le gustó porque es fanático de Messi.  Después que le dijimos que ya Daniel tenía fecha para irse, todos los días le preguntábamos como se sentía, si tenía alguna duda, si sentía bien con la vida que pronto íbamos a tener.  Luego que Dani se fue el proceso fue hablar con el a diario junto con su papá por teléfono, el entendió que era lo mejor y sabía que haríamos lo posible por estar juntos antes de su cumple... y afortunadamente, así fue!


El reencuentro fue muuuy ansiado, muy esperado, cuándo nos vimos después de 6 meses fue muy emocionante, ver a los niños abrazar a su papá fue maravilloso, estaban como si les hubiesen dado el regalo más esperado, al abrazar a Daniel sentí que estuve completa de nuevo, mi  corazón volvió a estar completo.


Lo haría de nuevo.

Lo haría de nuevo sin dudarlo..ahora extraño mucho a mi mami y a mi hermano pero por el futuro de mis hijos no miro atrás.


Melisa, 33.





La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos y colaboraciones
 firmados incumbe exclusivamente a sus autores. El contenido es para ser usado por @maminmigrante gracias al consentimiento de los autores.

0 comentarios:

Publicar un comentario