domingo, 2 de julio de 2017

Emigrar no es Mudarse

Emigrar no es lo mismo que mudarse. No lo dije yo. Es una frase de la innovadora y publicista venezolana Gaby Castellanos. Y cuanta razón tiene. Estando claros que las cosas serán bastante diferentes (aunque busquemos lo más parecido a lo que conocemos), tenemos parte de ventaja en el recorrido para un proceso migratorio amable. Así se hable el mismo idioma; los modismos y las formas son necesarios para entendernos. Así estemos en el mismo continente; el clima puede ser muy diferente. Y así, muchas cosas van a cambiar.

 Adaptarnos, para mí, no significa desarraigo. Al contrario, empecinarse en llamar a las cosas como en nuestro país de origen, así no nos entiendan, es terquedad. En casa de mis padres era costumbre familiar dominguera comer sopa, usualmente preparada por mi papá. Poco a poco, a razón de que es cómoda para dar a los chicos y toda la familia, se comen todas las verduras y proteínas sin drama, no hay tanto calor, en casa hemos ido adoptando esta costumbre. Pues bien, hago mi sopa tratando de hacer la mejor versión de ella misma con lo que cuento a mi alrededor. Nunca supe que carne usa mi papá y no me he molestado en preguntar, no sé cuál es el apio ni cual el ocumo, pero sé que acá no se consiguen con facilidad. No le coloco auyama (zapallo), ni yuca (mandioca). El sofrito no lo hago con ají dulce (porque no se consigue), ni con cebollín (cebolla de verdeo), ni ajoporro. Tampoco le pongo pimentón (morrón). Pero si le pongo papa y zanahoria a pesar que en casa de mis padres no le colocan. Mazorca o jojoto (choclo) tampoco.


Mi sopa de domingo, a 7 mil km de casa de mis padres, lleva sofrito de cebolla de verdeo, puerro, apio, morrones y si, también cebolla. La carne que uso es la que vea magra y a buen precio en la góndola del supermercado. Las verduras que uso son zapallo, batata, papa, zanahoria, mandioca y a veces uso choclo. De "monte" solo las hojas del apio y perejil. En serio que puedo hacer una sopa sin cilantro. También sin apio y sin ocumo (ni blanco, ni rosado, ni chino). También puedo sofreír sin ají dulce - aunque al principio me costó y tengo unas semillas para ver qué sale -. Aunque cueste creer, queda bastante aceptable, a mi familia le gusta y hasta la he compartido con amigos y con una buena vecina. No me voy a desgastar preguntando en toda la ciudad por cosas que no son comunes acá, que seguramente cuestan un montón y que me agotarían y quitarían tiempo. Seguramente si hago un trabajo intenso consigo todo lo que lleva la sopa que hace mi papá, todo lo que usaba en mi país de origen, pero ya no estoy allá y adaptarnos es parte del proceso. No solo en el tema de la comida hay que ser flexibles y adaptarse. Hay cosas que por muy divinas que sean, nos gusten muchísimo y nos conecten con nuestro país de origen, no las vamos a conseguir, son costosas o no son iguales. 

Adaptarnos a nuevos procesos y paradigmas y estar abiertos a los cambios es sin duda una cualidad importante que debe tener el emigrante. Reconocer que no sólo se aprende a leer con el libro "Mi Jardín", que se puede desayunar sin arepas, que los niños también nacen sin necesidad de una ecografía mensual y que podemos comer luego de una salida a bailar de noche un trozo de pizza al corte en vez de una perro caliente, nos ayudará en el camino. Pretender conseguir un pediatra, obstetra, odontólogo o cualquier especialista tal y como lo teníamos en Venezuela puede resultar frustrante. Juzgar procesos porque no son iguales como en nuestro país de origen no nos ayuda en este camino que decidimos (en la mayoría de los casos), transitar de forma voluntaria.


Conocer y reconocer que las cosas son diferentes, que de igual forma funcionan, además aceptar que se incorpora a lo que ya conocemos, nuevos patrones y que no tienen por qué sustituir lo ya aprendido, si no, por el contrario nos suma cultura, entendimiento y de paso nos ayuda en el proceso resultando en un buen ejercicio. Como Maminmigrante, con hijos mirando y aprendiendo del ejemplo, es de vital importancia aprender, aceptar e incluir, recordando siempre que en nuestras manos está el acompañamiento de los nuevos Ciudadanos del Mundo. Recuerda siempre que no te mudaste.

0 comentarios:

Publicar un comentario