viernes, 19 de agosto de 2016

#SerMaminmigrante: No he tenido necesidad de imponer mis costumbres porque en nuestra casa las vivimos día a día y naturalmente

Compartimos el relato de Karim Hernández @ninasimonet76, venezolana, contadora pública con experiencia en Venezuela y Argentina, once años viviendo en Buenos Aires, esposa y  madre de dos argentinitos.




Después de ser madre y de cuatro años viviendo en capital decidimos con mi esposo mudarnos a Cañuelas; una ciudad tranquila a 60 Km de CABA. Allí decidimos construir nuestra casa con más espacio para la familia. Cuando me estrené como madre con Isabela, hace cinco años no tenía idea de todas las aventuras y retos que vendrían con ella. 

Antes estaba siempre ocupada por trabajo y viviendo un ritmo acelerado de gran ciudad. Con Isa todo cambió y con ahora con Franco, de 2 años, todo se completó. Por eso vivir fuera de capital con los chicos ha sido una decisión acertada para nosotros.

Primeriza y sin mi familia

Ser inmigrante y ser una mami primeriza hace que  añores con más fuerza la ayuda de la familia, en especial el de la madre. Yo extrañaba a mi mamá o algo tan simple como hablar con mis amigas. Organizarme con todo, particularmente con la dedicación exclusiva a la bebe y la casa, fue una tarea mayor. Hoy no puedo sino decir que me siento maravillosamente feliz y agradecida; primero por ser madre, segundo por los hijos que tengo y tercero por haber sido en este lugar y no en otro. Pero no tener a la mamá tan cerca es duro.

Con Isabela he tenido tantas satisfacciones, tantas alegrías, verla crecer y escucharla decir palabras venezolanas o decir con orgullo "mi mamá es Venezolana". No he tenido necesidad de imponer mis costumbres porque en nuestra casa las vivimos día a día y naturalmente. En Argentina se acostumbran el desayuno dulce (lo cual es innegociable con mi esposo argentino) sin embrago, los niños me piden de vez en cuando sus arepitas.

Esos pequeños detalles me alegran tanto, saber que no debo inculcar nada porque cada uno de ellos tiene algo venezolano. Franco, a su corta edad, escucha un merengue y empieza a bailar. Inevitable que no me haga recordar a sus tíos o el abuelo. Es divertidísimo verlo. Mis hijos tienen mucho de las costumbres argentinas, son argentinos porque aquí nacieron y este es su país pero llevan en la sangre lo caribeño también. Eso es innegable.

Con mi segundo experiencia como madre decidí parar un poco profesionalmente. Me siento más relajada y aprovecho más los momentos. Al final, los días son muy movidos, siempre hay una actividad. Con Isa en la escuela estudiando doble jornada, actividad deportiva, y Franco en casa siempre hay mucho por hacer.

La última vez que estuve en Venezuela

Tratamos de aprovechar más las redes sociales y la tecnología para comunicarnos. A los chicos siempre les hablo de llamar a la abuela, al abuelo, los tíos e incluso a mis amigas. Me gusta mostrarles fotos para que no dejen de reconocer a su familia.

La última vez que estuve en Venezuela fue cuando Isabela tenía 2 años. Allí vio a sus tíos y conoció mi país. Ha pasado mucho tiempo pero el amor es increíble, no existe distancia para los cariños, para sentir que estamos juntos y que los pensamos, que deseamos todo lo mejor y que quisiéramos verlos pronto, tenemos esa esperanza positiva latente. Franco aún  no conoce  Venezuela.

Soy mamá, soy inmigrante pero me siento en casa porque hecho de este país mi hogar, Tal vez mañana sea otro pero ahora este es nuestro hogar, Me esfuerzo todos los días por entregarles todo mi tiempo, mi atención, trato de rodearme de gente positiva, de madres como yo que me aportan y que hace falta también conversar e intercambiar ideas, preocupaciones, tips de ahorro, salidas, paseos.

Mi recomendación

  • Sientan este país como su hogar.
  • Vean sin prejuicios las cosas buenas que ofrecen para nuestros chicos, para nuestras familias y ser uno mismo.
  • Den gracias a Dios.
  • Rodéense de nuevos amigos poniendo voluntad; llamar, proponer, decir vamos a vernos, vamos a salir. Le hace bien a los hijos y a toda la familia rodearse de afectos.
Una vez que sales al mundo debes hacer de tu sitio un lindo lugar para vivir. 

3 comentarios:

  1. Muy lindo tu relato, definitivamente uno tiene que aceptar que el nuevo país en el que vives es ahora tu hogar, o te volverás loca de la tristeza. Yo estoy en México y aunque mi hija mayor es venezolana llegó muy pequeña y es casi como si fuera mexicana. Si es muy lindo ver como dice orgullosa que es venezolana y le explica a todo el mundo que son las arepas, las cachapas y el patacón. También ama los tacos. Siento que los niños así tienen una gran suerte de aprender de dos culturas. Mucha suerte!

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    1. Sin duda Jenni es una oportunidad maravillosa para tus hijos. Eso es invaluable

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  2. Cuánto tiempo pasó de este relato!!! MIs hijos están más grandes !!! ������ espero haya servido ��

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